DE DONDE VIENEN?

martes, 7 de junio de 2011

No nos quedaba nada por romper o estrenar. Si hubiésemos podido volver a algún lugar, hubiésemos vuelto a todos. A todos. Los amigos eran la mejor orquesta para aquellas noches en que lo más importante era huir de nuestros propios miedos. En que lo más hermoso era escapar de cualquier cosa, pero hacerlo juntos. Que para eso están las películas, para que nadie se tenga que quedar solo al final. ¿Cuando viste que uno de los buenos se muera? Una sola vez. Por eso descubrimos que lo nuestro no podría llegar al cine. Porque estuvimos tan muertos que no valía la pena pensar en los próximos amaneceres, ni en las mañanas siguientes.
Al menos tenemos el consuelo de que aún nos quedan amigos, aunque ahora nos tengamos que dejar alcanzar.

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