DE DONDE VIENEN?

miércoles, 30 de noviembre de 2011

Pasaba horas pensando cómo hacer para mostrarte lo que sentía por tenerte a mi lado al fin.
Sólo para explicarte la sensación que recorría mi cuerpo, por sentirte cerca.
Dormías, y yo estaba recostada sobre tu pecho.
Tu mano rodeaba mi espalda y mi cabello rozaba tu mejilla. Me hubiese quedado así para siempre.
Sentía tu respiración, tus latidos, el calor de tu cuerpo. Irradiabas luz y me traías calma.
Cada instante a tu lado, me llevaba a pensar que eras todo lo que quería, y todo lo que necesitaba.
Me hacías sentir el amor que había buscado sentir durante tanto tiempo, y te tenía ahí para mí, por mí. No había dudas, me hacías la mujer más feliz y más completa.
Abriste los ojos y me miraste.
No me esforcé por disimular la admiración que tenia por tu belleza, ni el tiempo que llevaba viéndote. Mi mirada decía todo.
Sonreíste dulcemente, tomaste mi mano y la besaste.
“Yo también te amo”, dijiste en un susurro.
Te acaricie suavemente, y con mi mano acerque tu boca hasta la mía. Te devolví el beso, pero con mayor intensidad.
Finalmente me quede dormida, en tu pecho, entre tus caricias. Ahí, justamente donde quería estar.

(Y si, realmente me hace la mujer mas felíz del planeta y tengo la suerte de tenerte día a día)

1 comentario:

  1. que hermoso es poder identificarse con un texto como ese!! al menos ya somos dos volando en la nube de pedo esta que es estar enamorada <3

    ResponderEliminar